lunes, 2 de diciembre de 2013

Roles





Y nunca le recordaba lo que no se debía contar. No era necesario. Blas estaba convencido de que María tenía asumido su papel de víctima porque había nacido para serlo, porque estaba genéticamente programada para soportar insultos y palizas. Pero el verdugo se equivocaba. La noche en la que hubo un imprevisto intercambio de roles, la mujer se despachó seccionándole el cuello.


2 comentarios:

  1. He estado ojeando tus relatos. Cortos pero expresivos y contundentes. Enhorabuena.

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