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jueves, 21 de enero de 2016

Antes




Antes de Galileo
a la hereje tierra
ya le daba por girar
alrededor del sol

Antes de Newton
manzanas subversivas
produjeron chichones
en incontables cabezas

Antes de Einstein
todo lo que perdura
y aquello que destruimos
fue siempre relativo

Antes de ti
y antes de mí
existió el amor
pero no era el nuestro


lunes, 29 de junio de 2015

La claridad del whisky



A detective story - Mick Triel (Holanda)  http://zillion.deviantart.com/


Cuando la citó dos horas más tarde en su despacho, Jack sabía que no tenía nada nuevo que contar, que la investigación estaba en punto muerto. Pero necesitaba volver a verla. La belleza de aquella mujer le obsesionaba; no conseguía quitársela de la cabeza ni de noche ni de día, incluso llegó a admitir que podía haberse enamorado. Después de un par de tragos decidió mentirle, explicarle que su marido la engañaba con otra para, a continuación, proponerle que huyese con él.


viernes, 17 de abril de 2015

Fugaz




De París recuerdo la lluvia. Sí, claro, también sus monumentos, los parques, el glamour de los edificios, la sensación de libertad, los bateaux-mouche sobre el Sena y tantas otras cosas maravillosas. Pero si hay algo que recuerdo bien, es la lluvia. La lluvia de aquella precisa tarde. Y a ti, con quien me tropecé resguardándome de ella bajo la marquesina de un viejo cine, donde proyectaban una película sesentera de Deneuve y Delon. No sabía francés, pero nos acabamos entendiendo a base de ese inglés elemental que está al alcance de cualquier hijo de vecino. Permitiste que te invitase a un café y tras una conversación ligera, insustancial, desapareciste mientras fui a pagarlo. Cuando más llovía. Lo más extraño de todo es que no sufrí ninguna decepción. Porque fuiste para mí como una de esas estrellas fugaces que a veces ves por casualidad y convierte tu noche en una fiesta. Tal vez por eso me apresuré a pedir un deseo. El deseo de volver a verte.


viernes, 20 de febrero de 2015

Cosecha



Your kisses - Zindy S.D. Nielsen (Dinamarca)  http://zindy.deviantart.com/


Déjame soñar
Con sembrar tu cuerpo
De besos cansados
Con labrar en tu piel
Caricias trasnochadas
Con rociar tu espíritu
De  poemas torpes
Y lacias miradas
Solo los perdedores
Conocemos el coste
De esa cosecha
Que llaman amor


domingo, 15 de febrero de 2015

Amor en colores



Soulful - Derek Jones (Reino Unido)  http://derekjones.deviantart.com/


Había escrito cien veces “te quiero” con espráis rojo, amarillo y verde en una gran tapia frente a su ventana, tras cuyo cristal la veía instalada cada tarde cuando regresaba de la universidad. Sin haber cruzado una palabra, fueron aquellos bellos ojos de invidente los que le enamoraron.


jueves, 25 de diciembre de 2014

Mood Indigo



Lonely Singer - YokoOmi (Rusia)  http://yokoomi.deviantart.com/


Porque no hay nadie a quien yo le importe
Soy sólo un alma que está
lo más triste que se puede estar
Cuando tengo este deprimente humor
podría quedarme aquí y morir
 (Mood Indigo - Duke Ellington, 1930)


Estaba perdidamente enamorado de ella. Sí, enamorado desde hacía unos diez años, cuando la vi por primera vez en un pequeño antro del Village acompañada por un pianista. Desde que interpretó Mood Indigo con su aterciopelada voz. Fue entonces cuando conquistó mi corazón.

Imagino que algún cazatalentos la descubrió en una de aquellas veladas, porque adquirió una fama fulgurante: en cuestión de meses grabó varios discos con las mejores orquestas e intervino en los shows televisivos más populares, llegando a ser considerada por los entendidos una de las grandes vocalistas de jazz de todos los tiempos. A pesar de eso declinó actuar en grandes teatros o casinos; continuó haciéndolo en pequeños clubs, cada vez de mayor renombre, a lo largo y ancho del país.

Cuando ella pasaba por Nueva York, intentaba no perderme ninguno de sus conciertos. Seguía enamorado, pero sabía que tenía pareja y yo no quería problemas, jamás los he buscado debería decir. Además, pensaba que abordarla e invitarla a una copa no hubiese servido para nada. Tenía y tengo un gran déficit de autoestima, opino que hay arenques con bastante más glamour que un servidor y las mujeres siempre me han amedrentado, sobre todo esas que -como ella- transmiten una imagen de aparente independencia y seguridad. ¿Qué le iba a contar? ¿Que un solitario y gris oficinista de Wall Street que le sacaba diez años de diferencia, la adoraba y soñaba con ella? Podría haberse reído bien a gusto en mi cara, dejando un eterno poso de desolación en mi ya amargada alma.

Como decía, asistí a cada una de sus actuaciones cuando recalaba por la ciudad. Adquirí todos sus discos, recorté cualquier noticia que la mencionara. Durante casi una década. Porque quería en silencio a esa chica. Porque habría podido matar a quien hubiese sido capaz de hacerle el más mínimo daño.

La semana pasada presentó un libro de memorias, que por supuesto compré y me dedicó con una amplia sonrisa y el guiño de uno de sus preciosos ojos. Si bien me moría por leerlo, se me antojaba ridículo que una mujer de solo treinta y cinco años escribiese su autobiografía. Mas esa idea se ha esfumado de mi mente esta misma mañana, después de conocer por los diarios la escalofriante noticia de que su cuerpo sin vida ha sido encontrado en una habitación del Astor; que al parecer se suicidó con una sobredosis de tranquilizantes.

Ahora no puedo dejar de revisar una y otra vez, entre sollozos, la anécdota que dejó transcrita en su libro. Un corto párrafo de la página 51 que demuestra mi irreversible estupidez y dice así:

        << Amo Nueva York, viví varios años en esa increíble ciudad. Y siempre que hablo de NYC no puedo dejar de recordar a un hombre rubio con aspecto simpático que acude allí a todos mis conciertos. Se sienta en la primera fila y siempre, siempre, solicita con exquisita educación que cante Mood Indigo. Es un tema muy triste, pero mientras lo interpreto cierra los ojos y sonríe como un niño al que mecen en un columpio. Apostaría que es él quien me envía unas flores preciosas después de cada recital. Me gustaría llegar a conocerle personalmente, porque aunque es muy reservado parece un gran tipo. >>


lunes, 8 de diciembre de 2014

Bodas de oro





       Había escrito cien veces "te quiero". Con mano temblorosa, en el reverso de un folleto publicitario. Con otro de colores y gran dosis de paciencia, el anciano confeccionó una flor rudimentaria. Entró con sigilo en el dormitorio y depositó aquellos regalos sobre la mesita de noche de su esposa, a la que besó en la frente. Era su homenaje en el quincuagésimo aniversario de matrimonio. Ahora ya podría llamar a sus hijos para decirles que se suspendían las celebraciones, que su madre había muerto.


miércoles, 15 de octubre de 2014

Lírica in extremis



Steampunk sax - Darkshines42 (http://darkshines42.deviantart.com/)

Siempre fue devota de las metáforas. Recuerdo claramente sus palabras antes de abandonarme: “Eres tan patético como un viejo saxo sin el músico capaz de sacarle alguna nota”


sábado, 7 de junio de 2014

La tabla del tres


Foto de Mario Piriz


Tres por uno, tres

Hoy es tres de marzo, que también se dice tres, y la seño Bea nos ha puesto de deberes aprendernos esa tabla. Dice que cuando sepamos multiplicar seremos unos supermans y unas superwomans de los números, y que cuando crezcamos seremos capaces de hacer muchas cosas con ellos, como por ejemplo construir puentes o diseñar cohetes espaciales.

Tres por dos, seis

Martita me ha invitado a su fiesta de cumpleaños el viernes después de clase. Sergio dice que lo que pasa es que quiere ser mi novia. Martita va a cumplir ocho años y es guapa y simpática, aunque sus amigas son muy malas, siempre se están burlando de mí. Le regalaré un corazón de peluche y le diré al oído una poesía de amor. Seguro que se pone muy contenta.

Tres por tres, nueve

El sábado mamá estaba otra vez llorando en la cocina con los ojos manchados de negro. Le pregunté qué le pasaba y me dijo que le dolía la cabeza. Pero yo creo que no le dolía porque no se tomó ninguna aspirina ni se acostó con las persianas bajadas. Mamá está muy triste desde que papá se fue. Ella dice que está trabajando en Alemania o por ahí.

Tres por cuatro, doce

Yo lo que quiero ser de mayor es bombero. A mí los puentes no me gustan y los cohetes espaciales tampoco. Me gustan los perros y si soy bombero podré salvar a muchos perros de edificios en llamas. Además, conduciré un camión rojo con una luz naranja y una sirena, llevaré un casco chulísimo, subiré unas escaleras altas y tendré una manguera muy larga, con la que yo y mis amigos apagaremos todos los fuegos que haya. A mí me parece que un bombero es más supermán que uno que sabe multiplicar.

Tres por cinco, quince

A Sergio los Reyes Magos le trajeron un teléfono móvil. Yo no sé para qué lo quiere, si ninguno de sus amigos tenemos. Creo que es para jugar al comecocos y a esas bobadas que llevan puestas, pero sobre todo para presumir con las chicas. Les enseña en el móvil fotos de su tortuga Pancha, de la moto de su hermano y de cualquier tontería que se le ocurre. Al principio le hacían caso, ahora le dicen que las deje en paz.

Tres por seis, dieciocho

Rober dice que su madre vio la semana pasada a mi padre por el centro, besándose con una chica en la boca. Yo no me lo creo, se habrá confundido, porque mi padre está en Alemania o por ahí, trabajando. Además, mi padre hace mucho tiempo que no besa a nadie, ni a mi madre ni a mí. Creo que se le olvidó cómo se hace, porque a todo el mundo se nos olvidan cosas, como a mí el dos por siete, que ya no sé si son trece o dieciséis.

Tres por siete, veintiuno

No me gustan los números. Y no quiero que me pase como al tío Enrique, que es un superveterinario y le llaman de noche y le despiertan para que cure a un hámster, a un caballo o a una serpiente que están muy malitos. Yo no quiero ser un supermán de los números, no quiero que suene mi teléfono cuando esté durmiendo para que alguien a quien se le olvidó, me pregunte cuántos son seis mil por veintiocho. Prefiero que me despierten para apagar un incendio y salvar a un perro.

Tres por ocho, veinticuatro

Mamá me ha prometido llevarme al zoo el domingo. Me ha contado que cuando ella era pequeña, llevaba una bolsa con cacahuetes y le daba de comer a los monos y al elefante. Pero dice que ahora no se puede, que está prohibido. A lo mejor tienen miedo de que si les damos chucherías, los animales engorden o se pongan enfermos y tengan que llamar de noche al tío Enrique para que los opere. Yo de todas formas voy a llevar los bolsillos llenos de cacaos y cuando no mire el cuidador se los echo al chimpancé o al rinoceronte. Va a ser una risa.

Tres por nueve, veintisiete

Voy a apagar la luz, a ver si me duermo. Me gustaría soñar que Martita está con su perro en un incendio y llego yo con mi camión rojo, trepo con mi casco por la escalera y los salvo a los dos. Entonces Martita me da un beso, dice que se quiere casar conmigo y su perro me lame la cara, como en las películas. Ese sí que sería un sueño guay.

Tres por diez, treinta

Oigo voces. Voy a levantarme para mirar por la rendija de la puerta. ¡Es mi padre, que ha vuelto de Alemania o por ahí! Llora y ríe al mismo tiempo, qué raro, mi madre también, pero no parecen tristes. Ahora se besan en la boca. Mi padre ha aprendido a besar otra vez. Por eso están tan contentos. A lo mejor la madre de Rober tenía razón y a mi padre le estaba dando clases aquella chica en el centro. ¡Ojalá se quede para siempre, así iremos los tres juntos al zoo!


sábado, 29 de marzo de 2014

El incómodo embrollo


Shadow Days - Michael Ryan (www.500px.com)

Si bien mi mujer me engaña, no debería reprochárselo. Multitud de veces le he dicho: "Nena, si se presenta una oportunidad no la desaproveches, dale alegría a tu cuerpo, que tu cuerpo es para darle alegría y cosas buenas, ¡ahhhhhhhhhhhhh, Macarena!"

Primero sospeché que la alegría se la proporcionaba un vecino, la pareja de alguna de sus amigas, el cartero, incluso una de mis amistades o su místico profesor de tai-chi. Al final, conseguí descubrir que solo me es infiel con mi otro yo. Y eso sí que no. Ah, no. Por ahí no paso. Toleraría que me pusiera los cuernos con alguien conocido o cognoscible, pero justamente con alguien que -por mucho que me lo proponga- jamás llegaré a conocer, eso no puedo consentirlo. De ninguna de las maneras. Aunque, si me paro a reflexionar, a estas alturas dudo si culpar a mi esposa o a mi otro yo, el perfecto extraño que se la beneficia a mis espaldas.

Mi mujer argumenta que no sabe nada, que debe ser su otra ella la que se entiende a escondidas con mi otro yo. Un día de estos tenemos que sentarnos a hablar los cuatro para ver si resolvemos, de una vez por todas, este incómodo embrollo.


martes, 28 de enero de 2014

Siempre hay otra oportunidad



Imaginas. Imaginas que vas caminando por la ciudad. Por tu ciudad. De repente sientes un mareo. Estás junto a la puerta de una iglesia. Decides entrar y sentarte un rato, a ver si se te pasa. Hay mucha gente. Se va a celebrar una boda. Y allí, al pie del altar, junto a un atleta metrosexual, Lola, la chica de tu vida vestida de blanco. Esa novia que te dejó hace meses a consecuencia de una nimia discusión, esa mujer a la que nunca dejaste de adorar. Tu corazón se acelera. En el último banco comienzas a llorar, primero en silencio, luego ruidosamente. No puedes contener el llanto. Todos te miran. Lola se vuelve y te reconoce. Se queda inmóvil y, a pesar de la distancia, divisas una triste sonrisa y varias lágrimas deslizándose por su mejilla. Luego ves cómo corre hacia ti, te toma del brazo y salís juntos del templo hacia cualquier parte, como en la escena final de “El graduado”.

Despiertas. Despiertas sobre tu propio vómito, tirado en un callejón. Al lado de un contenedor de basura. Tu vientre brama de dolor, sangras por la boca. No sin dificultad, empiezas a recordar. Lola te acaba de dejar por una tontería y te has puesto hasta el culo de alcohol. Borracho como estás, entras en la iglesia donde una pareja se está casando. El novio es Guti. Toni Gutiérrez, vestido de chaqué. El malnacido que siempre te llamaba imbécil y cada dos por tres, sin venir a cuento, te zurraba en el instituto. El bravucón que te rajó una cazadora nueva. El cerdo que te birló Cien años de soledad y luego le prendió fuego en el patio. Ese hijo de perra al lado de una joven preciosa, de un verdadero ángel. Tú, desde la valentía que proporciona la embriaguez, gritas al cafre que deje en paz a esa muchacha, que no siga, que la hará una desgraciada. Y Gutiérrez que se acerca, agarrándote de las solapas te saca al exterior y, de sendos puñetazos, primero te desordena las tripas en recuerdo de los viejos tiempos y después parte tu boca como recompensa a esa imprudente audacia.

Te incorporas un poco y observas cómo, encabezados por la novia, desfilan ante ti numerosos invitados. Parece que la ceremonia se ha suspendido. Tu inconsciencia ha conseguido desenmascarar el auténtico perfil de Guti. Ya no podrá dañar a esa pobre chica, ya no arruinará su vida. Te sientes bien, muy bien, como un héroe destrozado, sin dientes y con resaca. Sentado en el suelo, desenfundas entonces el móvil y marcas un número. Entre sollozos le pides perdón a Lola, le dices que la quieres, que no puedes vivir sin ella y acabas suplicándole que te acompañe a un médico.


lunes, 16 de diciembre de 2013

Negra Navidad




Desde mi ventana observo cómo nieva en el centro de la ciudad, cómo se cubren de copos las aceras. Provenientes de unos grandes almacenes, fluyen hasta mis tímpanos esas pastosas y cansinas melodías americanas.

Es de noche y tengo frío.

Distingo el continuo transitar de personas cargadas con regalos bien ocultos en paquetes y bolsas. Las luces decorativas se proyectan en los coches que desfilan sobre el húmedo asfalto y con su parpadeo iluminan intermitentemente mi oscura habitación.

Es de noche y siento hambre.

Sin proponérmelo, me asalta el nítido recuerdo de las Nochebuenas de mi niñez. Aquellas copiosas cenas junto a la familia, que rematábamos interpretando villancicos de letras fáciles aunque absurdas, mientras aporreábamos unas resignadas panderetas.

Es de noche y me encuentro solo.

Desde que te fuiste, ya no existe nada que merezca celebrar. Ni siquiera que esta mañana en el hospital me hayan asegurado que el tumor es benigno. De buena gana hubiera golpeado al médico que me informó, sonriendo, que se aplazará nuestro reencuentro.

Es de noche y estoy llorando.


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Confusión u olvido




Fuera por confusión u olvido, Amanda programó a la misma hora y en el mismo lugar sus citas a ciegas con Robin y Derek. En el paseo marítimo de Norwalk los tres se conocieron, fumaron unos pitillos, charlaron y rieron durante un buen rato. Después cenaron juntos y mientras, entre los  hombres surgió el amor.

Amanda sigue recurriendo al mismo tipo de encuentros, solo que ahora lleva mucho cuidado en evitar inoportunas coincidencias.



miércoles, 20 de noviembre de 2013

La música triste




Emilia Buendía

Calle Sinfonía Inacabada, s/n 

Macondo


                                                                     París, 10 de Julio de 2013

Querida Emilia,

Sin ti, ya nada aquí es igual. Me prometiste que volverías después del entierro de tu padre, de eso hace ya dos meses. En las últimas semanas no contestas mis llamadas ni mis mensajes. Supongo que no estás obligada a amarme, aunque durante mucho tiempo me ofreciste palpables muestras de un cariño apasionado. Me gustaría poder volver a estar contigo una última vez, solo para oírte decir que no me quieres, porque a mi corazón de nada le sirven tus motivos.

Estoy más afligido que nunca. Hoy únicamente he sido capaz de interpretar las melodías más tristes, y no creas que eso no se aprecia cuando recojo las limosnas de la buena gente que pasa por Ópera.

Seguiré adorándote siempre, Emilia, pese a haberme convertido en una simple anécdota de tu pasado.

Con todo el amor,

                             Pierre


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Sueños rotos





Mientras su padre prendía fuego a una gran pira de sueños rotos, el niño advirtió en su mirada la tristeza del náufrago cuando un barco pasa de largo, la derrota del toro bravo después de mil puyazos, el arrastrar de cadenas de un nuevo esclavo. Sin embargo, la veneración por su héroe jamás se atenuó; el chico conservó como un tesoro la obra cumbre de aquel escritor fracasado: el maravilloso cuento que le escribió cuando comenzaba a leer y que muchas noches, antes de dormir, revisa entre sollozos.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Revelación




Buenas tardes, madre, necesito contarte algo. Acabo de conocer a una joven maravillosa y me he enamorado de ella. Se llama Giuliana, es más o menos de mi edad, está admirablemente educada y compartimos muchas aficiones, pues le encanta la literatura clásica, adora las composiciones de Paganini y las óperas de Verdi. Es de muy buena familia, no te vayas a pensar, sus padres eran unos ricos lombardos que se instalaron en nuestro país huyendo de un conflicto político cuyos detalles desconozco. Giuliana Marini es una damita preciosa, sus cabellos ambarinos me recuerdan los tuyos. Le pediré que pase a verte. Cuando la conozcas también te sorprenderán sus atractivos ojos de azabache. Viste como una auténtica princesa y es sencilla, gentil, tierna. Y aunque no le encuentro el más mínimo defecto, me temo que existe un inconveniente para que prospere esta ilusionante relación: ella murió en 1882 y asegura que bajo ningún concepto puede traspasar las puertas del cementerio. Así es que, de ahora en adelante, os visitaré a menudo. Aquí dejo unas flores, espero que te gusten. Hasta mañana, madre.




miércoles, 2 de octubre de 2013

Confusión





Confundido, se enredó en la telaraña de los celos y acariciando el afilado acero de la soledad, se desangró de tristeza.


jueves, 12 de septiembre de 2013

Rumbo al paraíso




Inexorable, el convoy avanza hacia el incierto destino que me aguarda en una estación. Mi ritmo cardíaco está sincronizado con su marcha: si la máquina acelera, las pulsaciones se desbocan; cuando los vagones se detienen, el miocardio se relaja. Aunque intento abstraerme observando el paisaje y escrutando a los pasajeros, únicamente consigo evocar de nuevo su dulce rostro. Si no está esperando, habré perdido otra partida. Me sentiré arruinado, necesitaré volver a lanzar los dados del amor y no sé qué haré con estas flores. Pero si ella se encuentra allí, si me sonríe desde el andén, entonces habré alcanzado el paraíso.



lunes, 9 de septiembre de 2013

Parece sencillo




Parece sencillo: un hombre y una mujer; se conocen, se enamoran y se aman. Pero nadie repara en la necesaria reacción química que debe desencadenarse durante el proceso.

Parece sencillo, pero a veces, en alguna indeterminable fase de dicho proceso, la química falla y el sentimiento salta por los aires hecho añicos. He ahí la explicación del origen de las lágrimas.


lunes, 5 de agosto de 2013

Blue




Excepto el barman, que seca los vasos en silencio al otro lado del mostrador, ya no queda nadie más en el club. En un rincón, mientras desgrana en su saxo las notas de una triste balada con el deje más hiriente que se pueda imaginar, el solista afloja unas lágrimas. Escribió ese tema para el gran amor de su vida, la mujer que traicionó todos sus sueños pero a la que, sin embargo, aún quiere y añora. Vibran, la caña en su boca y el corazón en su pecho. Finalmente, la melodía se desvanece como el hielo en un desierto. Como el estertor de un moribundo. Como un alma rota en un callejón sin salida.