jueves, 12 de diciembre de 2013

La pulcritud




Su conciencia no podría soportarlo. Así es que introdujo los restos en una bolsa, tomó la fregona y lavó el suelo del salón. Utilizando un paño humedecido con detergente limpió diversas manchas en la pared y los muebles. Quitó el polvo, dio brillo a los cristales. Agrupó unas revistas y ordenó con rigor los libros de las estanterías. De la alacena escogió un ambientador con el que roció las estancias generosamente. Cuando le pareció que todo estaba impecable cargó como pudo con el cadáver y se largó, después de frotar las suelas de sus zapatos en el felpudo de aquella vivienda extraña.


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Querida princesa, te agradezco que visites mi blog y me regales esos comentarios tan sumamente amables. Un gran abrazo.

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  2. Muy limpio dejo todo, incluso se llevó el cadaver, eso indica mucha pulcritud por su parte.
    Muy interesante y contado con mucha sutileza,
    Un abrazo.
    Puri

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    1. Gracias Puri, un placer recibir tus comentarios. Un abrazo.

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