jueves, 14 de marzo de 2013

Sinergia sanitaria





A finales de la pasada primavera mi padre empezó a sufrir unos fuertes dolores en el hombro derecho. Tras las oportunas pruebas, el traumatólogo le  diagnosticó una lesión cuya gravedad exigía una pronta operación. Pero como tiene pánico a los quirófanos, se comprometió a volver tras el verano, cosa que por supuesto ni de lejos entraba en sus planes.

Unos meses después de que esto le sucediera a mi progenitor, comencé a sentir síntomas muy semejantes en idéntica zona de mi cuerpo. El dolor era a veces terrible, insoportable. Acudí al mismo médico, que requirió la resonancia magnética de rigor. Padezco claustrofobia y me espanto solo de pensar en introducirme y permanecer durante apenas escasos minutos en una angosta estructura tubular, por lo que evité someterme a la prueba.

Más tarde, charlando con mi padre llegamos al acuerdo de que presentase como mío su informe. El cirujano me operó hace dos semanas; después de la intervención, tanto mi padre como yo estamos curados.


1 comentario:

  1. Un microrrelato curioso y muy entretenido, inesperado en su desarrollo y en su desenlace. Me ha hecho reir y eso es algo que siempre es de agradecer. Has sido un grato descubrimiento en Falsaria, por lo pronto también te seguiré por estos rincones blogueros.

    Saludos!

    Agatha.

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