viernes, 15 de marzo de 2013

Desesperación



A pesar de mudar frecuentemente su extravagante indumentaria para no delatar la prodigiosa normalidad de su ser, ese tipo nunca consiguió llamar la atención del prójimo, por lo que un día decidió auto-infligirse un profundo corte que atravesó su mejilla desde la ceja izquierda hasta el mentón. Pero ni siquiera la colosal cicatriz dio los frutos deseados, pues apenas logró sustituir la soledad de un hombre desapercibido por la de un individuo sospechosamente criminal.



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