martes, 14 de abril de 2015

ConsPIGación




Cuando me dirigía al baño tras la siesta, percibí extraños cuchicheos provenientes del salón. Me aproximé silenciosamente y asomé parte del rostro. Mientras se revolcaba en el sofá, el cerdo vietnamita que tenemos por mascota decía a alguien por teléfono: 

 —Tranquilo, no sospechan nada. Será esta misma noche. ¡Oink!


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