domingo, 13 de julio de 2014

La gran ilusión



Ladea el borsalino sobre la testa. Atusa su bigote postizo y acaricia la cicatriz perfilada con bolígrafo. Frunce el ceño produciendo muecas de matón y finaliza esa representación ante el espejo apuntándose con el índice a modo de revólver. Sueña con ser un gran criminal, pero solo tiene ocho años.


3 comentarios:

  1. Los niños y su juegos, quién sabe adónde llega. Por tu casa me quedo Rafael. Un abrazo, invitado quedas a montesinadas.

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    1. Gracias por tu visita y comentario, Manolo. Acepto tu invitación y, en cuanto pueda, paso por tu casa. Un abrazo.

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  2. ¡Joder! podría elegir ser futbolista, menuda laja a salido el cabroncete. Un abrazo Manuel

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