viernes, 14 de marzo de 2014

El atenuante



Juro que cuando abrí el cajón de la mesa buscando una estilográfica, en su lugar encontré una pistola. Por eso, en vez de firmar una declaración de culpabilidad, no me quedó más remedio que disparar al comisario. Confío pues que comprenda que todo fue un desafortunado accidente, señoría.


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