viernes, 1 de noviembre de 2013

Uno de Noviembre



Cada año, siempre un poco más viejos, vuelven con flores frescas. Parece mentira que no me conozcan. ¡Nunca he soportado las flores! Se plantan delante de mi lápida, sacan de una bolsa los trastos de la limpieza y dan el lustre que pueden al mármol que cubre mis despojos. Luego arreglan las dichosas flores y recitan un padrenuestro, un avemaría o cualquier cosa que se les ocurre, cuando a mí lo que me gustaría es que me obsequiaran con un tema de Sinatra y un poema de Benedetti. No es que deteste que vengan, no me malinterpreten, pero además de lo dicho me incomoda que se sientan obligados, siempre en la misma fecha, con el camposanto convertido en un festival de colores y fragancias, en una avenida colapsada por constantes desfiles de viudas y huérfanos. Porque después, hasta el año que viene y si te he visto no me acuerdo. ¿Por qué no se acercan en los peores días del más gélido invierno, cuando aquí estamos más solos que la una? ¿Por qué no nos visitan un sofocante día de verano, en lugar de irse a la playa?

Yo pienso que todos los muertos deberíamos unirnos y enviar un mensaje a las familias: Olvidaos de nosotros de una vez por todas, vivid vuestras gratificantes o desgraciadas vidas, vividlas, por el amor de Dios. Ni os necesitamos ni nos necesitáis. Y cuando preciséis de recuerdos, cuando no podáis driblar a la memoria, contemplad nuestras fotos, volved a escuchar nuestros discos, releed nuestros libros preferidos, reuniros con aquellos amigos que nos sobrevivieron y organizad una fiesta. Rememorad el tiempo que no volverá, pero sobre cualquier otra cosa, sobre todas las cosas, celebrad que aún os queda un futuro y que, por corto o largo que éste sea, tenéis que existirlo y existirlo en paz, sin fantasmas en vuestras espaldas.


3 comentarios:

  1. Te mereces un diez por este relato, estoy de acuerdo con todo lo que dices, los muertos muertos están y solo debemos tenerlos vivos en nuestro recuerdo, y las flores dejarlas para los vivos, que nos la regalen y así podemos disfrutar de su belleza, porque ellos, no lo pueden hacer.
    Repito que está muy logrado todo el texto.
    Besos.
    Puri

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    1. Muchas gracias, Puri. Me alegra sintonizar con algunos de mis lectores (o que vosotros sintonicéis conmigo). Un abrazo.

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  2. Cuanta razón tienes!!!

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