Contemplar una y otra vez esa
película se había convertido en una auténtica obsesión para Grace. Cada crepúsculo
ordenaba a Red, el mayordomo, que instalase el proyector y pusiera a rodar
aquella rancia bobina de celuloide. Sobre la blanca pared planeaba noche tras
noche la sombra de la misteriosa muerte de su padre, acaecida cuando ella era
apenas una cría. Y como siempre, el noticiario concluía con las tristes
declaraciones de la madre, asombrosa superviviente de tan terrible catástrofe.
Grace sospechaba que detrás de algunas de aquellas extrañas palabras se
ocultaba un mensaje de autoinculpación. Y la misión de su vida era encontrarlo.
Triste tarea la de descubrir en algún escondrijo de la pelicula la autoinculpación de su madre. Me resulta fácil y ameno de leer, eso siempre se agradece para quien lo lee.
ResponderEliminarUn abrazo.
Puri
Gracias Puri. Un abrazo.
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