martes, 11 de junio de 2013

El merodeador




Primero visitó varios colegios de aquel barrio extraño, tan distante del suyo. Luego escogió a la niña. Procedió después a seguirla sigilosamente durante varios días a la salida de clase, tomando buena nota de sus movimientos, costumbres, itinerarios. Por fin, calculó con minucia el momento más oportuno para abordarla y satisfacer sus ocultas intenciones. Y la tarde de un miércoles, mientras la menor merendaba a solas en un banco del parque, el desconocido se sentó de repente a su lado, le leyó el cuento de hadas que había escrito para ella y desapareció para siempre.


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