martes, 9 de abril de 2013

Nostalgia de los perdedores




Se entrenaban para estar muertos cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo de su condenada existencia. Aunque unos fuesen arrancados de las tetas de la madre para aprovechar la ternura de sus carnes, la mayoría eran esmeradamente adiestrados en las artes más prosaicas: comer, beber, copular, dormir…

Nunca conocieron la libertad, ni falta que les hizo. Los expertos aseguraban que constituían una de las especies más inteligentes, lo cual no evitó que poderosas religiones entrasen en juego para prohibir primero su comercio, su crianza después.

 ¡ Y pensar que a mí me gustaban hasta sus andares !


No hay comentarios:

Publicar un comentario