sábado, 12 de marzo de 2016

El viaje




Condujo silencioso durante todo el viaje. Me desperté cuando se detuvo en medio de un extraño páramo. Abrió y con una voz desagradable, muy distinta a la que utilizaba cuando me conoció, ordenó que bajase. Pero no me importó; mientras obedecía le dediqué, como siempre, mi mejor semblante. A continuación subió de nuevo al coche y sin decir una palabra arrancó, dejándome allí, ladrando desconsoladamente.

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