domingo, 26 de octubre de 2014

Lluvia inesperada



Fotografía: Cerise Doucède


A la hora convenientemente anunciada por los medios, la población salió a las calles. Un importante destacamento de la flota aérea más potente del mundo iba a agasajarles con regalos. Pero sobrevino la sorpresa general cuando, en lugar de las necesarias cajas con alimentos y medicinas suspendidas de pequeños paracaídas, comenzaron a llover globos azules. El firmamento se ocultó detrás de enormes nubes de globos, que caían con lentitud sobre la totalidad del territorio. Y dentro de cada uno de ellos, lo que parecía un billete de dólar. Los receptores, a medida que atrapaban esas ligeras esferas, se apresuraban a reventarlas para guardar su contenido e intentar conseguir más. Ignoraban que a miles de kilómetros, los amos del universo se frotaban las manos sabiendo que podían dejar de preocuparse por el llamado “virus de la isla”; con una inversión ridícula acababan de inocular uno todavía más efectivo, que en cuestión de horas terminaría con la vida de todos aquellos apestados.


1 comentario:

  1. Inquietante micro Rafa.
    Es muy bueno, entrega mucho a la imaginación del lector.
    Abrazo amigo.

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