viernes, 27 de junio de 2014

Maldita la hora





La barbilla enhiesta, volátil el cabello, sonrosadas mejillas que enmarcan una sonrisa deslumbrante y ese sutil movimiento de brazos, trasero y caderas que realza sobre la pasarela su incipiente pubertad. La niña vestida de puta maldice la hora en que sus padres decidieron inscribirle en aquel concurso de pequeños monstruos.




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