sábado, 19 de septiembre de 2015

Celebración


Fotografía de Eva Swensen      https://www.flickr.com/photos/evaswensen/


Arrastrando sus pies
el anciano
se acerca
todos los lunes
sin falta
a la administración
de lotería
donde comprueba
in situ
que todo
permanece
armónicamente igual
Donde celebra
que ha vuelto
a ganar
una semana
más a la vida
Por eso
sonríe dichoso
aunque no le haya tocado nada
ni siquiera el maldito reintegro


sábado, 5 de septiembre de 2015

Crac






                          El mundo hace crac
mientras ves la televisión
mientras sacas brillo al coche
mientras pagas tus impuestos
mientras te matas en el gimnasio
mientras olvidas las llaves
                           El mundo hace crac
mientras compras en el súper
mientras recoges la caca del perro
mientras mandas un wasap
mientras miras por la ventana
mientras alcanzas el orgasmo
                          El mundo hace crac
mientras te tuestas en la playa
mientras riñes a tus hijos
mientras lees un libro
mientras te despachas una paella
mientras das el pésame a alguien
                          El mundo hace crac
mientras esperas al médico
mientras lavas los platos
mientras cantas gol
mientras pones el despertador
mientras te tomas una cerveza
                          El mundo hace crac
mientras preparas un informe
mientras juegas a la lotería
mientras asistes a un concierto
mientras pisas un charco
mientras cagas
                         El mundo hace catacrac
Y tú ahí
tan tranquilo/a


miércoles, 2 de septiembre de 2015

La espada de fuego




Soñé que galopaba
en un caballo fantasma
cruzando una densa niebla.
Armado con una espada de fuego
cortaba las cabezas
cercenaba brazos y piernas
atravesaba los corazones
de todos esos desalmados
que se solazan haciendo sufrir
aún más si cabe
a oprimidos y desahuciados.
Era el juez y el verdugo
enviado por Dios
-o por el Diablo-.
Todas las llanuras de este mundo
pronto se atestaron
de cuerpos mutilados
de cadáveres sangrantes
de hienas y buitres voraces.
Pero lo peor sobrevino
cuando de entre los liberados
surgieron nuevos tiranos
y tuve que volver a impartir justicia
una y otra vez
hasta que solo quedaron los niños.
Ojalá que esa pesadilla
no signifique nada.
Ojalá.



miércoles, 19 de agosto de 2015

Memorias



Ilustración de Lucian Stanculescu  http://hypnothalamus.deviantart.com/



Querido diario,

Mañana pondré la fecha, porque ahora mismo no sé si estamos a 12 de abril o a 15 de septiembre.

Esta mañana he escuchado en la radio que en Timisoara, o en Filadelfia o en Shangai, ha habido una explosión (o a lo mejor ha sido un terremoto o un huracán) y han muerto más de 20 o de 100 personas. Una gran desgracia, vamos.

En la oficina ha sido una mañana aburrida, como es habitual. Lo único notable es que me he cabreado porque el jefe, Rodríguez, Gómez o Martínez, como se llame, qué más da, el jefe, me ha pegado una pequeña bronca al haber olvidado informar el expediente de CORCHOLIS Y CIA u otra empresa que empieza por CO y acaba en CIA. Dice que siempre igual, que coma rabos de masa o de pasa, una chorrada de esas ha dicho. Con la cantidad de faena que me endosa continuamente y el tocapelotas quiere que lo tenga todo al día, a la hora y al minuto. Es un capullo, ese jefe cuyo apellido acaba en -ez, como la hez. Ja, ja, ja, me ha salido un chiste. Qué bueno.

Luego, cuando he llegado a casa, mi mujer había preparado mi plato favorito, que ahora no me acuerdo cuál es, pero prometo que estaba para chuparse los dedos. Mientras comíamos me ha contado que el hijo de la vecina del quinto o del sexto, que se llama Florencia o Felisa, había encontrado trabajo en una gasolinera de Teruel. Aunque ahora ya no sé si me ha dicho eso o que se había quedado sin combustible en Teruel, o que había abandonado a su perro en una estación de servicio en Teruel. Bueno, para el caso lo mismo da, porque me importan un rábano el hijo de la vecina y su puñetera madre. Ya se apañará. Aunque el perro que tenía era precioso. No sé si era caniche o husky siberiano, pero bonito sí que era.

Por la tarde he visto un partido de tenis en la tele. Jugaba Nadal contra un haitiano,  sueco o argentino. Creo que al final ha ganado Nadal, pero no estoy seguro.

Después he ido a pasear con mi esposa; vaya manía que tiene de pararse a hablar con gente rara y desconocida, les cuenta y le cuentan unos rollos... Y yo allí parado, como un pasmarote, con esa sonrisa de circunstancias que mi mujer califica de prefabricada, esperando que acaben de cotillear. Luego jura y perjura que son personas que sí que conozco y además desde hace bastantes años, dice que no sabe si es que me estoy volviendo idiota o me lo hago. Como si disfrutase yo haciéndome el idiota, no te digo...

Hemos entrado en el bar de la esquina y nos hemos tomado un refresco. Me tiene mosqueado el camarero, no es la primera vez que me llama por mi nombre y de tú, como si hubiéramos comido antes juntos. Tengo que vigilar a ese tío. No me fío de él ni un pelo.

De regreso a casa he querido comprar el periódico y mi mujer no me ha dejado, sostenía que ya lo había comprado esta mañana. Y era cierto, tenía razón, allí estaba, encima de la mesa camilla. Lo he cogido y al leerlo he sentido una sensación de déjà vu, como si ya conociese las noticias antes de echarles un vistazo.

Hemos cenado pescado, pero no me preguntes qué clase, yo de pescado no entiendo mucho. Sé que iba aderezado con una salsa o unas especias. Estaba sabroso, la verdad.

Para acabar, hemos visto una película de intriga. Solo hace unos minutos que ha terminado. Del título ni idea, es en inglés. El argumento, un lío tremendo porque el protagonista, que parece bueno al principio, luego parece malo y vuelve a ser bueno al final. Hay unos disparos y no sé si lo hieren o lo matan, a él o al malo auténtico. De lo único que me acuerdo es que hay una chica que se desnuda y que hace el amor con alguien en el establo de una granja, o puede ser que fuera en los baños de un circo, ya te digo que es un lío de tres pares. Al final me la ha querido explicar mi mujer, pero ha sido peor el remedio que la enfermedad, ahora la entiendo aún menos. Podrían hacer unas películas más comprensibles, jolines.

Y antes de acostarme he venido a contártelo todo, querido diario, porque según mi mujer el médico recomienda que escriba cada noche todo lo que me sucede durante el día, que con eso y las pastillas -que la verdad sea dicha me están yendo muy bien- recuperaré memoria y no me tendrán que operar de la próstata.

Mañana (si me acuerdo) intentaré registrar el bolso de mi mujer, para averiguar su nombre. Cada vez que le llamo “cariño”, una palabra que siempre he odiado, siento como si me pegasen un rodillazo en los testículos.

RSC

lunes, 27 de julio de 2015

Tarifas





Sonríe con ternura y luego le espeta:
—¿Eres el tipo que ha preguntado a mi compañera cuánto pido por tener sexo, tras asegurarle que mis tetas convalidarían una carrera universitaria y dos máster?
—Afirmativo, muñeca. Puedes llamarme Rick —contesta alegremente el calvo baboso con ojos de batracio.
La camarera coge su bandeja y le asesta un golpe plano y seco en el cráneo. El sapo empieza a sangrar.
—Ese es el precio por preguntar. Ni te imaginas mi tarifa por acostarme contigo, cariño.