Vittorio Matteo Corcos (1859-1933) - Conversazione nel Jardin du
Luxembourg, 1892
Mientras la pequeña Francine se
entretenía jugando con su cubo y la arena del parque, en un discreto rincón de
los Jardines la nerviosa viuda Laurent departía con su mentora, la viuda
Renard.
- Necesito que me presentes con
urgencia a tu abogado, Madeleine. Nunca habría imaginado que un hombre tan
ordenado y detallista como Bastien olvidase dejar testamento.
- Mira que te lo advertí, Chantal, recuerda
que te dije “es preciso cuidar todos y cada uno de los detalles”. Pero como eres
tan estúpida, desatiendes el más importante. Querida, hazte a la idea, puedes
ir despidiéndote de la fortuna de tu marido.
- ¡No digas eso ni de broma,
Madeleine! Creo que se me está poniendo mal cuerpo. Dame el nombre y la
dirección de ese leguleyo, te lo suplico.
- Ningún picapleitos de París podrá ayudarte,
pequeña zorra. Bastien me lo dejó todo a mí, tengo un documento privado firmado
en el bufete del Licenciado Leclerc, con Madeimoselle Garnier como testigo. Agradezco
que siguieses las instrucciones que te di para deshacerte de tu marido y mi
amante. La verdad es que, tal y como confesabas, en el lecho dejaba mucho que
desear, cariño.
jajajaja. vaya par de brujas
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