Me lo dijo mi amiga Nuria, haciéndose
la interesante:
-Si sacas a pasear a Bronco y se
moja con agua de lluvia se convertirá en un tigre de verdad. Lo he leído en un
libro secreto de magia que me regaló mi abuela.
Esta
tarde, cuando más llovía y mientras mi madre estaba entretenida hablando por
teléfono, he bajado con él a la calle. Nos hemos mojado hasta empaparnos, pero
Bronco sigue siendo el muñeco de peluche que me trajeron los Reyes hace dos
años. Estoy contenta, creo que lo prefiero así. Nunca pasará hambre ni sed, no
podrá enfermar ni le atropellará ningún camión o le comerá un dinosaurio. Deseo
que esté conmigo toda la vida; porque le quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario