miércoles, 30 de marzo de 2016

El colega del espejo



Tengo un colega
que se parece
bastante a mí
y vive en mi casa
dentro de un espejo
Permacece allí
todo el tiempo
en silencio
en stand-by
y gravedad cero
rumiando tal vez
el discurso definitivo
que contribuya
a su liberación
Solo se manifiesta
cuando me pongo enfrente
Entonces descarga sobre mí
soflamas envenenadas
de verdad de justicia
de indignación
Es un maldito bocazas
que tiene más razón
más conocimiento
y por supuesto
más agallas
que su reflejo real
esa especie
de títere sin cabeza
en el que a algunos
nos convierte
este corrupto sistema
Lo admiro a rabiar
y me gustaría
parecerme a él
seguir su ejemplo
pero es mi antítesis
y sé que si saco de ahí
a ese revolucionario
con las ideas claras
instalaré en su lugar
a un cobarde
a un ignorante
a un indeciso
Y lo cierto
para qué negarlo
es que no soportaría
que ese otro yo
me transmitiera
a cada momento
su miedo y frustración
Por eso prefiero
quedarme fuera
mantenerle a raya
decirle que sí a todo
incluso disfrazarme
en ocasiones de él
para componer
desde el remordimiento
unos torpes poemas
aparentemente subversivos



sábado, 12 de marzo de 2016

El viaje




Condujo silencioso durante todo el viaje. Me desperté cuando se detuvo en medio de un extraño páramo. Abrió y con una voz desagradable, muy distinta a la que utilizaba cuando me conoció, ordenó que bajase. Pero no me importó; mientras obedecía le dediqué, como siempre, mi mejor semblante. A continuación subió de nuevo al coche y sin decir una palabra arrancó, dejándome allí, ladrando desconsoladamente.

sábado, 5 de marzo de 2016

Espíritu de equipo




Eso me larga el jefe
como desagradable colofón
de un discurso infumable
Lo que ocurre es
que te falta
espíritu de equipo
Repite la frasecita
primero taciturno
luego serio
después amenazante
Mi silencio
y mi cara de palo
con el ceño fruncido
y los ojos entreabiertos
no ayudan precisamente
a distender la escena
Al cabo respondo
casi masticando
con preguntas
¿Equipo? ¿Qué equipo?
El tío muda
de ocre a colorado
La sangre de su pequeño cuerpo
viaja hasta su cabeza
a través de esa vena
hinchada del cuello
Ahora el que calla es él
y su ojo izquierdo
solo ese ojo
empieza a parpadear
como un semáforo intermitente
Comienzan a temblar
los papeles que sostiene
en sus manos
Creo que las orejas
le han crecido
y el nudo de su corbata gris
es comparable
al de la soga de un ahorcado
El tipo suelta los documentos
agacha las narices
y comienza a sollozar
Ese imbécil
al que si hubiera podido
hace un minuto
le habría cruzado la cara
parece indefenso
un animal malherido
Y joder
llamadme ñoño
pero a mí me gustan los animales
Por eso me levanto
y le acaricio el cogote
como le gusta a mi perro
mientras le susurro
Tranquilo
tranquilo
no pasa nada
un mal día
lo tiene cualquiera


Suspicacias




El doctor asegura que recuperaré la memoria; dice que mi amnesia es consecuencia de la conmoción cerebral que sufrí, y que debo permanecer ingresado hasta que localicen a algún familiar. Pero yo no creo haber sufrido un percance, porque ni manifiesto otras secuelas ni me duele nada. Además, resulta francamente sospechosa la actitud de la enfermera, que ayer, mientras inyectaba algo en el gotero y me enseñaba las bragas, prometió que aquí voy a hartarme de aprender cosas nuevas.

lunes, 1 de febrero de 2016

Yatedigo



Kevyn, ¿meskuchas oké? Haze rato kestás aí tókieto, silenzioso, kon kara de panoli y babeando. Joder, mírame, Kevyn, ke testoy ablando. Soy la Yessi, kolega. Y komo te dezía, keske no komprendo a los jóvenes doy en día, tío. Kestán hidiotas. Esta tarde han venío a berme mis nietos y he flipao, chaval. ¿Pero kete passa, nano? Pareze ketayan dao una sobredosis de pastiyas dessas ke nos merkábamos en las fiestukis kuando aún no nezesitábamos bastón o siya de ruedas pa desplazarnos, kolega. Pues eso, kean venío mis nietos a felizitarme el año. ¿A ke no sabes ké nombres les puso mi hija? Aluzina: José Vizente, Amparo y Agustín. Agustín se kedaría ella, la muy jilipollas. ¿Se pué ser más konvenzional e idiota? A la pobre Vanessa ya la notaba yo zierto retraso de pekeña, pero kuando krezió se le azentuó mucho, joder. Valla nombres de mierda. Los kríos lan salío a ella, mekago en el kopón de la baraja. ¿Pues no les da por la mússika klásika y la poesía? ¿Serán memos? El pekeño, el Agustín, kestá medio bizko, se ha puesto a tokar kon el violín una de Mozar en desafinao mallor. Y lo peor eske en lugar de mearme de la risa he tenío ke kontenerme y kaplaudir pa no erir su autohestima. La Amparito, más kursi kel unikornio de la Barbi, ma rezitao de memoria unas rimas de Beker, la madrekelaparió. Ni de Bukoski eran los poemas, kon lo ke sabe su madre keamí me mola ese borrachuzo. Y yo ayí, poniendo mallormente kara de felizidá mientras me daban ganas denviarla a kagar bajo de un pino. ¿Pero ké koño aze esa jente en el kole, tronko? Yo makuerdo de nuestra époka, nos eskakeábamos a todaora pazernos unos porritos, ponernos tatus y pirsings, bailar en el parke bachata y reguetón con la músika del móbil y edukarnos en el sekso. A estos pabos lesadao por estudiar, komo si fueran luego a ser ministros o direktores de algo, kon lo achuchá kestá la puta bida. Y no te pierdas lo del tontolaba del Josevi, ké fuerte tío, ma largao ke kiere azer la karrera de ade, un noséké de empresas y la poya en binagre. Lee dicho kadelante, por no pegarle un ostión ayí en medio de tós nuestros kompis, tete. A muerto dambre es a lo ke va a aspirar esestirao, kes komo su padre, un másmemerezkoyó, un pijo de kuidao, yatedigo. En lugar de pasta pa las estrenas les he endiñao unos bales deskuento del Burgerkin ke metío en unos sobres; kuando los abran en su kassa se van a jiñar de la rabia.

Kevyn, testás poniendo muy pálido, kolega. Kevyn, ¿vas de kachondeo? No me gastes bromas, ke tengo la mecha korta y me konozko. Tío, ¿ké te passa?

—¡Enfermera! ¡Enfermera! ¡Ke me pareze kel Kevyn no respira! Joder, agan algo, leche. Kon la ilusión ke tenía él de yegar al 2080…